Sorbo
la leve brisa de este sue�o, pensando en mi sosiego en todo lo que te
quiero, en lo que te extra�o.
Cuantos deseos emergen en la levedad infinitesimal de los instantes del
crep�sculo, que sue�a el coraz�n con tu cari�o.
Existen los anhelos por verte en la alborada, tu mirada estrellada
decorando el horizonte cuando emerge tu palabra en la calma melod�a de
los silencios.
Cuanto
quiero los momentos en que tu suave aroma decore mis sentidos, con las
dulces luminarias de tus alegr�as.
Palpitan mis ilusiones primordiales en los momentos que preceden a tus
pensamientos, acompasados con el leve movimiento de tus manos.
Son los finos ornamentos de mi ilusi�n, cuando sorbo poco a poco el
esplendor de tu atenci�n cristalizado en tus palabras, tu melod�a
excelsa, tu vida reflejada en tus pensamientos de amor.
Porque
te quiero desde el silencio de tu proximidad, quiero verte en la realidad
para que el divino y suave terciopelo que recubre tu mirada, otorgue a
este amor vida perpetua proliferando entre nosotros dos.